domingo, 29 de diciembre de 2019


 POR LOS CAMINOS DE LA RIBERA (CABANES):

LA CENIETA, MESÓN Y POSTAS

JUAN EMILIO PRADES BEL

   La gran innovación del siglo XVIII, en el sector del transporte y comunicaciones, es la posta sobre ruedas. Al principio se decía de los correos “que vayan en diligencia”, en sentido de que realizaran el servicio o el viaje con la máxima celeridad; ahora aparece ya la expresión “la diligencia de la posta” como un medio que da el servicio de forma regular y con la mayor prontitud.

   En el año 1761, Pedro Rodríguez de Campomanes publica un Itinerario de las Carreras de Posta de dentro y fuera del Reyno, en el cual se confirma un acercamiento hacia la costa en el trazado de los nuevos caminos. En esta obra explica que las carreras de postas, entre Castellón y Tortosa, eran Torreblanca y Vinaròs, desde aquí se pasaba a Ulldecona y de ésta a Tortosa; lo cual significaba la pérdida de protagonismo de la circulación por el interior de la provincia de Castellón. En lo que respecta a la obra nueva de la nueva carretera a su paso por la provincia de Castellón se superpuso en gran parte de su recorrido sobre la vieja calzada  de la antigua Vía Augusta romana, aunque a partir de Vila-real el itinerario seguido no fue el del corredor interior Borriol-Cabanes- Coves-Salzadella-Sant Mateu, sino que el recorrido del nuevo camino real se desplazó  por el corredor litoral pasando por Castellón, Benicàssim, Oropesa, La Ribera, Torreblanca, Alcalà de Xivert, Benicarló y Vinaròs.

   En 1789 se inaugura en España el servicio de diligencias entre Bayona y Madrid, otras líneas salían de diferentes capitales con paradas intermedias. En el trayecto de Valencia a Vinaròs figuraban los siguientes descansos: Venta de Puçol, Almenara, Vila-real, Benicàssim, venta de La Cenieta, venta de Santa Eulàlia y Vinaròs. Estas detenciones eran para cambiar las mulas, pero en Benicàssim añadían dos mulas de más hasta La Cenieta, debido que la diligencia tenía que superar las cuestas de Oropesa.

    Los establecimientos para descanso y restauración de viajeros, podrían clasificarse en tres tipos principales: posadas, mesones y ventas. En estos locales, además de servir alojamiento y comida para los viajeros, se despachaba cebada, algarrobas y forraje para las caballerías; así pues el negocio llegaría a ser bastante rentable para poblaciones por las que transcurría el trazado de la Carretera Real.

   Antes de 1785 ya pasaba por la Plana de Albalat el antiguo camino hacia Cataluña y según parece con un tránsito muy numeroso de mercancías y pasajeros. Hay que tener en cuenta que el hecho de ser una parada con autorización para pernoctar (caso de la Cenieta en la Ribera de Cabanes, y lugar de parada y cambio de tiro de las diligencias de Barcelona), era un pequeño privilegio de la época, ya que solamente unos pocos lugares gozaban de este servicio. En la Ribera de Cabanes, fueron muy famosas la Venta de la Senieta, la venta de Germán y la Venta de San Antonio, esta conocida también como dels Frares, por su pertenencia a los Padres Antonianos. (J.E.P.B., 2011).
ARCHIVO, LA RIBERA (CABANES).





























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